Desde Cobán hasta Europa, pasando por Egipto y España, la historia de Yucely Beb, ingeniera mecatrónica guatemalteca, es un claro ejemplo de que el talento chapín no tiene fronteras. Hoy, desde Francia, esta profesional originaria de Alta Verapaz trabaja en el desarrollo de herramientas tecnológicas que permiten la detección temprana del cáncer, un avance clave para la medicina mundial.
Fue la curiosidad por una palabra desconocida lo que encendió su camino: “No sabía qué era la mecatrónica, pero sonaba a futuro”, recuerda. Ese impulso inicial la llevó a una disciplina que fusiona mecánica, electrónica, informática y control de sistemas para automatizar procesos en industrias como la automotriz, médica y robótica.

Una mujer maya que trasciende con su pasión por la ciencia
A los 16 años, dejó su hogar en las montañas del norte del país para estudiar becada en Santa Lucía Cotzumalguapa, a ocho horas de distancia. Esa decisión valiente marcó el inicio de una trayectoria académica y profesional que la ha llevado a cruzar continentes y a obtener un doctorado en Automatización y Control en Francia.
Hoy forma parte de Hyprview, una startup europea que apuesta por la innovación médica. Desde ahí, Yucely contribuye al desarrollo de plataformas que podrían salvar miles de vidas.
Pero su historia va más allá de lo académico: es mujer, es maya y ha triunfado en un campo históricamente. Su presencia rompe estereotipos y su ejemplo inspira, especialmente a niñas y jóvenes guatemaltecas que sueñan con un futuro en la ciencia y la tecnología. Yucely Beb no solo representa excelencia profesional; representa esperanza, transformación y orgullo guatemalteco. Su historia nos recuerda que con esfuerzo, visión y oportunidades, todo es posible.